Con un buen estado de forma, el equipo alevín de Carlos Fernández aspira a sacarse la espina del subcampeonato de la pasada temporada mientras el benjamín quiere revalidar el título. “Buscamos que sea una liga divertida y bonita”, afirma el técnico
El pabellón de Canide volverá a ser escenario de una liga que trae muy buenos recuerdos a Judo Club Avilés. Una cita en la que los pupilos de Carlos Fernández obtuvieron el título (benjamín) y el subcampeonato (alevín). Con dos equipos en cada categoría en una expedición de unos 30 judokas, los avilesinos quieren volver a brillar y dejar el pabellón bien alto, sobre todo, porque para algunos será el último año en la categoría.
Para Fernández el bloque llega “muy bien” a la competición, pero pone especial énfasis en el equipo alevín después de “ganarlo todo en el último año y con actuaciones muy buenas en citas importantes como el Villa de Avilés. En 2022 han dado un paso al frente” y no pierde de vista el objetivo: “Va a ser una liga divertida y bonita”. En cuanto a posibles resultados, si bien es cierto que Fernández sigue poniendo el foco en la formación, tampoco se olvida de que “si el equipo ya ha demostrado que está haciendo las cosas bien, hay que empezar a jugar con la presión para divertirnos”. De esta forma, la conclusión es clara: “Sabemos hacer buen judo y les gusta lo que hacen. Ahora vamos a hacer que les guste más ganando, es decir, demos un pasito más. No es presión porque en estas edades no hay que buscarla, pero este tipo de competiciones nos van a decir si tenemos el nivel para empezar a crecer”.
Entre los veteranos se encuentra Saúl Valdés, alevín de segundo año, que acude a la cita de Oleiros por quinta vez. El año pasado fueron subcampeones y aunque afirma que conocen la competición, Valdés juega con el hándicap de sus rivales ya que ahora se encuentran en categoría infantil. Con todo “vamos a hacer lo que podamos y el objetivo es no perder ningún combate para así sumar más puntos de cara a la segunda jornada”. Con la misma experiencia cuenta Ángel Miguélez. “Ahora somos los veteranos, pero hay que fijarse mucho en los combates”, reconoce el judoka y explica que cuando sale al tatami se le olvidan los resultados: “No es algo que tenga el mente”. Mientras otro de los veteranos, Nicolás Fernández, se muestra convencido de que pueden imponerse, aunque no se olvida de la derrota de la pasada temporada ante Julio Rico: “Este año vamos a por ellos. Les ganamos en el Villa y queremos volver a imponernos en la liga”.
Entre los más nuevos está Jorge Menéndez, también alevín, para el que es su segunda liga. Reconoce que según se acerca la cita aumentan los nervios, aunque cuando arranca la competición “se olvida y te preocupas de hacer lo que sabes y disfrutar”. En el caso de Hugo Viña, alevín de primer año, no duda en señalar que está “bastante nervioso”. Para Viña es fundamental la afición porque “somos uno más. Los nuestros animan, a veces demasiado”, asegura entre risas.
Ese gen ganador que muestra los chavales también motiva al entrenador porque “es una de las asignaturas pendientes de las generaciones anteriores, los que ahora son infantiles y algunos cadetes. Ellos vienen despuntando y que me digan que quieren buscar la revancha con Julio Rico hace que me pique ese gusanillo que necesito como entrenador”. La competición arrancará a las once menos cuarto de la mañana y la expedición regresará a Avilés a su término.