El equipo masculino luchará, con todo merecimiento, por ascender tras hacer pleno de victorias en sus combates
La expedición femenina no tuvo su mejor día y la peor noticia la protagonizó Ugné Pileckaité. La lituana tiene una lesión en el codo y está pendiente de valoración para ser operada
Cara y cruz para el Judo Club Avilés en un nuevo fin de semana de Liga Nacional. La competición va llegando a su conclusión y las cartas se van poniendo boca arriba. La última cita liguera prevista para el sábado 25 de junio se presenta como no apta para cardíacos.
Lo más positivo fue la confirmación de los chicos para disputar el playoff de ascenso a Segunda. Los pupilos de Carlos Fernández obtuvieron un pleno de victorias y confirmaron su buen estado de forma. El primer rival fue el CDE Okami al que se impusieron por 4-1 con superioridad de Ricardo García, Rodrigo Burgos, Mateo Solís y José Iglesias en el tatami. Todos ellos vencieron por ippon mientras que Adrián González cayó por shidos, es decir, falta de combatividad. Posteriormente llegaría el Judo Club Carlos Arroyo. Un 3-2 gracias al trabajo de Adrián Imedio que se impuso por ippon, al igual que José Iglesias mientras Rodrigo Burgos lo hizo por waza-ari. Mateo Solís y Adrián González cayeron por ippon. La última cita era ante Hiroshima donde otro 3-2 (triunfos de Ricardo García, Mateo Solís y Adrián González) certificó que los pupilos de Carlos Fernández tienen hambre de ascenso y pelearán por estar la próxima temporada en Segunda División. Son segundos en la tabla, tan solo por detrás del Gimnasio Manuel Jiménez. Para el entrenador, el segundo puesto “nos permite entrar bien colocados de cara al sorteo que se vaticina duro, pero que sin duda será divertido”.
En el caso de las chicas toca reflexionar, aprender de los errores y trabajar para seguir en Primera División. No fue un buen fin de semana para las discípulas de Carlos Fernández que cayeron en los cuatro combates lo que ha complicado la continuidad en la élite, aunque todavía existen posibilidades matemáticas. Más allá de las derrotas, la peor noticia es la lesión de Ugné Pileckaité. A la lituana se le salió el codo en su debut y se encuentra en un hospital madrileño a la espera de ser operada.
Judo Club Akari y Judo Club Alboraya fueron los primeros rivales. Ante las canarias un 4-1 incontestable empezó a complicar la situación. Raquel Burgos y Julia Enríquez cayeron por ippon mientras Alba Barreiro lo hizo por waza-ari y Ugné resultó lesionada cuando más dominado tenía el combate. La lituana tiene una rotura completa de los ligamentos del codo y se encuentra a la espera de valoración para pasar por el quirófano. La italiana Linda Politi ganó por ippon y fue una de las mejores de la expedición femenina junto a su compatriota Ana Rita Campesse. También mención especial para el papel de Julia Enríquez que regresaba tras una lesión de muñeca que la ha tenido alejada de los tatamis durante los dos últimos años y Elisa Fernández, judoka a la que le tocó jugar un papel sobrevenido por las circunstancias, pero que mostró en todo momento una actitud valiente y luchadora.
Después llegaron las valencianas donde el resultado fue de 3-2 con victorias para Linda y Ana Rita. Tras estas dos derrotas con rivales propios de la liga de las avilesinas, llegaron los platos fuertes de Judo Club Sotillo y Valencia Club de Judo, los dos conjuntos que se van a disputar el título de campeones y que han demostrado estar una marcha por encima del resto de competidoras. Ante las madrileñas, 3-1 con la única victoria de Linda y contra las valencianas 4-0 donde la italiana volvió a obtener un empate que de nada sirvió para el marcador final. Las avilesinas se quedan undécimas en la tabla y necesitarán casi un pleno de victorias para obtener el pasaporte de la permanencia en Primera División. “Somos un equipo que tenemos que tirar de casta, corazón y alma y no hemos hecho nada de eso. Para estar entre las mejores, hay que estar más metidas en la competición y nos penaliza tremendamente de cara a buscar una salvación”, ha asegurado el técnico.